De lo que se trata es de utilizar el Poder Inteligente, de manera que se apliquen el poder blando y el poder duro de forma casuística, de forma combinada, la dosis de cada uno dependerá de la condiciones, el momento y el país en particular, pero siempre presentando a los EE.UU. como el “salvador”, cuando su verdadero propósito es subvertir, realizar injerencia en los asuntos internos de los países, establecerse en sus territorios y apoderarse de sus recursos, violentar su soberanía e independencia. En una palabra fortalecerse como imperio.
Esta estrategia macabra, enmascarada en un nombre que pudiera ser polémico pero que realmente da la medida de cómo el Imperio norteamericano pone a todos los expertos en política, en función de edulcorar su política exterior mediante un nombre que suene agradable: Poder Inteligente. Esa es la política que han utilizado las diferentes administraciones norteamericanas con mayor o menor dosis de Poder Duro o Poder Blando, según el momento o el criterio de quienes estén en la presidencia.
El actual presidente, Premio Nobel de la Paz, asumió el Poder Inteligente, al que se le ha dado en llamar Doctrina de Obama, pero para nada se diferencia de lo aplicado por las administraciones anteriores, como no sea su discurso enmascarando la realidad de los intereses que se esconden detrás de las acciones de la política exterior de su administración. Como siempre de forma oportunista y aprovechando la situación creada en los países árabes, EE.UU. ha identificado la oportunidad perfecta para “asegurar sus intereses” en Libia.
Lastimosamente, sin pretender enjuiciar las acciones del presidente Gaddafi, hay que recordar como decía el Che que “al imperialismo, ni un tantico así”. Fidel en sus Reflexiones advertía: “Vemos con claridad que la preocupación fundamental de Estados Unidos y la OTAN no es Libia, sino la ola revolucionaria desatada en el mundo árabe que desean impedir a cualquier precio.” “Es un hecho irrebatible que las relaciones entre Estados Unidos y sus aliados de la OTAN con Libia en los últimos años eran excelentes, antes de que surgiera la rebelión en Egipto y en Túnez.” “En los encuentros de alto nivel entre Libia y los dirigentes de la OTAN ninguno de estos tenía problemas con Gaddafi.
El país era una fuente segura de abastecimiento de petróleo de alta calidad, gas e incluso potasio. Los problemas surgidos entre ellos durante las primeras décadas habían sido superados.” “Se abrieron a la inversión extranjera sectores estratégicos como la producción y distribución del petróleo. “ “La privatización alcanzó a muchas empresas públicas. El Fondo Monetario Internacional ejerció su beatífico papel en la instrumentación de dichas operaciones.” “…por qué quieren ahora invadir Libia y llevar a Gaddafi a la Corte Penal Internacional en La Haya.” “Lo acusan durante las 24 horas del día de disparar contra ciudadanos desarmados que protestaban.
¿Por qué no explican al mundo que las armas y sobre todo los equipos sofisticados de represión que posee Libia fueron suministrados por Estados Unidos, Gran Bretaña y otros ilustres anfitriones de Gaddafi?”
Preguntémonos, ¿por qué Libia dejó de estar en la lista de los países que EE.UU. califica como “patrocinadores del terrorismo”?; ¿por qué ahora ya no es aliado y acusan a Gaddafi de agredir a su propio pueblo? Hay una gran dosis de mentiras y cinismo por parte de las potencias a través de sus herramientas mediáticas, que han preparado el terreno para tratar de justificar lo injustificable, la decisión de la onU para una acción militar en Libia y una zona de exclusión aérea, en un país soberano, miembro de las Naciones Unidas.
Es decir oportunistamente, intentan ingresar por la fuerza a territorio libio en virtud de “hacer respetar los Derechos Humanos”. Qué derechos humanos? ¿Les ha interesado alguna vez a las potencias imperialistas miembros y decisores de las acciones de la onU, cuando se masacran seres inocentes como consecuencia de las guerras de EE.UU. en Iraq, Afganistán; cuando el más fiel representante del imperio yanqui, Israel, asesina a diario niños, mujeres, ancianos palestinos, cuyo único delito es reclamar el legítimo derecho de recuperar su territorio arrebatado mediante la fuerza de las armas por el gendarme israelí?
No hay que llamarse a engaño, toda la política exterior de EE.UU. y de sus más fieles aliados, está perfectamente calculada a través de la doctrina denominada Poder Inteligente. Dar el zarpazo o la zanahoria, según el momento lo requiera o lo propicie, para hacer valer sus ambiciones de poder y de gendarme internacional contra los países que pongan en peligro los intereses de su esencia imperial.
No obstante, los pueblos se rebelan, particularmente en la actual coyuntura, las masas desposeídas árabes que sufren las consecuencias del alza de los alimentos, la escasez de agua, las áreas desérticas y la pobreza generalizada del pueblo que contrastan con los enormes recursos derivados del petróleo que poseen los sectores privilegiados y las potencias económicas extranjeras inversoras mediante el saqueo de este valioso recurso natural. Como acertadamente afirmara Fidel Castro en sus reflexiones: “La política de saqueo impuesta por Estados Unidos y sus aliados de la OTAN en el Oriente Medio entró en crisis.” “Van a tratar de sacarle el máximo provecho a los lamentables sucesos de Libia.”
Añadía Fidel: “Nadie en el mundo estará nunca de acuerdo con la muerte de civiles indefensos en Libia o cualquier otra parte. Y me pregunto: ¿aplicarán Estados Unidos y la OTAN ese principio a los civiles indefensos que los aviones sin piloto yankis y los soldados de esa organización matan todos los días en Afganistán y Pakistán?” “Es una danza macabra de cinismo” Y aludiendo a lo expresado por Fidel: “De cualquier forma, el papel de Obama es bastante complicado. ¿Cuál será la reacción del mundo árabe y musulmán si la sangre en ese país se derrama en abundancia con esa aventura? ¿Detendrá una intervención de la OTAN en Libia la ola revolucionaria desatada en Egipto?” Señor Presidente Obama, Premio Nobel de la Paz, reflexione si su Doctrina de Poder Inteligente, podrá esta vez erradicar la ola revolucionaria desatada en el mundo árabe. .
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